Desde aquel faro blanco
al borde del fin
del mundo
entre campos de hierro verás
la torrencial rabia de una piel
[traicionada.
Tiritando,
encadenadxs a las rocas
al pie del acantilado
dejamos que suba la marea mientras nos gritamos
y nos recubre un rencor negro
y viscoso.
Aquí vienen a morir las sirenas,
a aullar su despedida a la reina
de las mareas,
viendo las estrellas caer al mar
y al mar
caer en nosotrxs.
Potentes imágenes las creadas aquí. El mar, la marea, no es posible eludir la fuerza de su significado, de sus metáforas.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado P.
ResponderEliminarY mil gracias por compartir tus impresiones.
Un abrazo.