*Nombre
de un Asteroide, descubierto en 1932, que roza
la
órbita terrestre permaneciendo sin embargo en su exterior.
Llevo
una eternidad en órbita a tu alrededor, sin llegar sin embargo a
rozarte nunca. Las leyes de la astrofísica han dictado que no me
corresponde a mi ese privilegio cósmico y yo, sumisa e impotente, me
hago a un lado, a millones de años luz. Me concentro en las
insignificancias terrestres que sí están bajo mi control, como las
transformaciones que sufren está hoja en blanco, la arcilla que se
expande entre mis manos o la mezcla exacta de ron y Coca-cola de esa
copa.
Tú,
puede que junto a los Quasar uno de los objetos más luminosos del
universo, pareces ignorar este
inaudito fenómeno astronómico y te desentiendes de mi desasosiego.
Realmente esto es lo más cerca que puedes estar de alguien. Por eso
respeto tu fugacidad. Sigo dando vueltas consciente de que desviar mi
trayectoria hacia alguna otra estrella vecina, no resultaría mas que
en un insostenible invierno. Un espanto cuántico, en definitiva.
Quizás
eso sea el amor.
*Sin
embargo, algunos estimados colocan la probabilidad
de
una colisión tan alta como cada 100 años.
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