miércoles, 17 de diciembre de 2014

Amor*

*Nombre de un Asteroide, descubierto en 1932, que roza
la órbita terrestre permaneciendo sin embargo en su exterior.

Llevo una eternidad en órbita a tu alrededor, sin llegar sin embargo a rozarte nunca. Las leyes de la astrofísica han dictado que no me corresponde a mi ese privilegio cósmico y yo, sumisa e impotente, me hago a un lado, a millones de años luz. Me concentro en las insignificancias terrestres que sí están bajo mi control, como las transformaciones que sufren está hoja en blanco, la arcilla que se expande entre mis manos o la mezcla exacta de ron y Coca-cola de esa copa.

Tú, puede que junto a los Quasar uno de los objetos más luminosos del universo, pareces ignorar este inaudito fenómeno astronómico y te desentiendes de mi desasosiego. Realmente esto es lo más cerca que puedes estar de alguien. Por eso respeto tu fugacidad. Sigo dando vueltas consciente de que desviar mi trayectoria hacia alguna otra estrella vecina, no resultaría mas que en un insostenible invierno. Un espanto cuántico, en definitiva.

Quizás eso sea el amor.

*Sin embargo, algunos estimados colocan la probabilidad 
de una colisión tan alta como cada 100 años.


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