Interbellum

He vencido
a un ejército de terapeutas,
gurús de la autoayuda,
eruditos del crecimiento personal;

             conservo intacta la tristeza
             y la poesía.

He vencido a mi reflejo
en una batalla de reproches
después de media vida
huyendo de los espejos.

He vencido,
algunos lunes,
a la desidia que te imanta a la cama,
para librar la batalla diaria
       
        contra la velocidad,
        la rutina aniquiladora
        y esa gente que te habla antes del primer café.

He vencido, después de mil rendiciones
apenas un puñado de batallas. 

Sin embargo, son suficientes
para conservar cierto espejismo de paz
en una vida entreguerras. 

- El cerco -

Los niños soldado escapan
de los escombros de las ciudades vertedero
a los puentes de las ciudades dormitorio.

Una flota de cadáveres 
irregulares
estrecha el cerco a Europa.

Los vivos,
                  [encerrados en pisos patera],
rebuscando contratos basura
y aterrorizados por esos barcos cáscara,
temen una invasión ilegal, zombie
y de nulo poder adquisitivo. 

Nada extraordinario

Yo no soy uno
de esos hombres brillantes,
mentes preclaras de nuestro tiempo.

Tardo años
en fraguar un pensamiento.

Es un proceso 
casi artesanal
y el resultado
no es nada extraordinario. 

Me pasa desde pequeña,
quizás porque miraba demasiado la tele
y odiaba las lentejas.