sábado, 3 de agosto de 2019

Ojalá
tener los ojos más grandes
el vientre más plano
y habilidades sociales.

jueves, 1 de agosto de 2019

Desdén

Quemar kioscos
o quemarte las retinas
para dejar de ver
cuerpos imposibles,
culos que valen millones,
una autoconfianza descomunal
sostenida con alfileres
y mucho desdén 
hacia los carbohidratos
y toda la gente gorda.

domingo, 12 de mayo de 2019

Lección de anatomía IV: el sistema inmunitario

Al parecer el desamor
dispara los mecanismos de defensa del organismo;

el cuerpo expulsa la amargura por los lagrimales;

sudamos poesía,
infectada y febril;

a veces un fallo,
autoinmune,

el sistema nervioso se ataca a sí mismo
con fuertes descargas de:     noradrenalina
                                             culpa
                                             y autocompasión.
                                 

lunes, 6 de mayo de 2019

Lección de anatomía III: el globo ocular.

Hoy he aprendido
que la vista es un sentido inútil
si el cerebro no es capaz de interpretarlo correctamente.

Un equívoco infinitesimal puede desembocar
en un espejismo
de más de seis años de duración.

miércoles, 1 de mayo de 2019

Lección de anatomía II : el aparato reproductor.

Hoy
he aprendido que el rechazo,
más que ninguna otra herida,
preña los silencios
de poesía.

Replica faltas y desaciertos
en cada espacio en blanco
de la conciencia.

lunes, 29 de abril de 2019

Lección de anatomía I: el músculo cardíaco.

¿Qué he aprendido hoy?

Que siempre me obceco
con imposibles.

Estampo mi corazón
contra muros de hormigón
para demostrarme
que la única solución posible
es hacer de mi pecho
una celda de aislamiento.

sábado, 27 de abril de 2019

Enhorabuena

Y ahora quiero llorarte y no puedo,
no puedo llorar al mismo tiempo
a lo que has sido y no,
tú para mí
una posibilidad sostenida, todo
y nada más que eso,
una esperanza en standby que se ha apagado
como si fuera una supernova,
colapsando el cielo de luz
un segundo antes de evaporarse en la nada.

Y ahora quiero llorarte y no sé hacerlo,
 llorar lo que pudo ser
           lo que esperabas y no fue
es como guardar un luto gris
que destiñe por las pestañas,
un luto que no llega ni a depresión
postvacacional, y aún así
se queda, acurrucado en un lagrimal
como una bomba de relojería
a punto de reventar una presa.

Enhorabuena,
acabas de sumarte a la lista de cadáveres
de mis amantes imaginaries.